Hoy con el recuerdo y la sonrisa en los labios de todo lo vivido voy a intentar explicar lo que sentí, no se si seré capaz, es difícil decir con palabras aquello que sólo se vive desde el corazón.
Nervios, muchos nervios, emoción, ganas de sentarme en aquella butaca pero también de retroceder en el tiempo ya que sentarme en el teatro supone el fin de algo increíblemente grande; pero llegó, ahí estaba sentada en la fila 5 y a apunto de escuchar las primeras notas, con un nudo en el estómago y con los ojos bien abiertos para no perder ni un detalle de la que sería la última vez de lo que hoy es uno de los mejores recuerdos de mi vida.
Los Miserables, más que un musical, ¡que gran verdad! más que dos horas y media de espectáculo.
Los Miserables ha supuesto conocer gente maravillosa, gente que me ha enseñado a amar todavía más el teatro, gente con la que tengo algo especial, gente que entiende que vuelvas una y otra vez a ver el musical sin preguntarte "¿otra vez?" no hace falta explicaciones, lo entienden. GRACIAS.
Cada canción sonaba con más intensidad, lo dieron todo para que nosotras pudiésemos disfrutar todavía más si cabe.
Verlos al borde del escenario cantando el "Sale el sol" llorando con nosotros, fue increíble, como expresarlo, no se puede, pero todos los que estuvimos allí lo sabemos.
Ha sido maravilloso formar parte de esto, compartirlo con cada una de las personas, ellas ya saben quienes son, las que estuvieron allí y algunas que no pudieron estar, pero que las sentía conmigo porque debían estar, porque en parte es su culpa que haya un antes y después de Los Miserables. Gracias chicas.
"No hay palabras que describa lo que siento en mi interior" Marius
No hay comentarios:
Publicar un comentario