Volviendo a casa...alejándome de casa tras dos días más que perfectos, repletos de momentos pequeños pero inolvidables.
Muchas risas y abrazos de esos que hacen falta, miradas cómplices dónde no es necesario explicar lo que se siente porque lo sabemos.
Volviendo a casa... o alejándome de casa...con conversaciones entre cafés y cervezas, charlas por las que esperas 2 semanas porque no te vale ni el whasap ni el facebook.
Conversaciones dónde lo más importante que se dice está reflejado en la cara, dónde lo que vale es la cara de ilusión de quien te cuenta.
Ver "El interprete" y salir del teatro con miles de frases dando vueltas en la cabeza.
Muchos matices sobre la profesión de actor que todavía me hacen sentir más agradecimiento hacia aquellos que se suben encima de un escenario a vestirse otra piel.
Otra piel diferente a la suya, dejándo la propia en un camerino, o detrás del telón esperando a recogerla a final de la función.
GRACIAS
"Gracias al teatro resucito cada noche" - Asier (El interprete)
No es necesaria una super producción, ni un escenario enorme, ni un teatro espectacular...sólo la entrega, tesón, vitalidad, energía, fuerza...de actores en un espacio suficiente amplio para moverse y suficiente pequeño para estar cerca de la gente.
Actores que dejan su piel con todas sus arrugas, heridas,.. colgadas en la percha para vestirse de demonios.
Dejarse llevar es el truco, para sentirte para del espectáculo, dejándote la piel en cada aplauso, para devolverles un poco de lo que ellos te regalan,así que también nosotros resucitamos cada noche gracias al teatro.
Volviendo a casa...iendome de casa...con algunas lagrimillas y con mil momentos en el corazón.
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