El Despertar de la Primavera

Un musical que te mueve por dentro, te traslada a tiempos pasados, presentes o incluso futuros.

En el entreacto ya tenía mil flashes sacudiendo mi cabeza y al final de la obra las escenas cobran vida en tu cabeza, no dejan de dar vueltas y recordarte todo lo que aún queda por cambiar en la situación actual; aunque el musical transcurre en otra época, otro país, con otras circunstancias históricas, sociales, familiares... hay situaciones que no voy a desvelar que bien podrían formar parte de nuestra sociedad.

Ante una educación donde prima la represión, la sumisión, la desinformación, un personaje lucha por sobrevivir a eso, Melchior (Marc Flynn), con su libreta llena de vida, de pensamientos, de expectativas, de justicia... pero no deja de ser un adolescente enfrentándose a la vida, con esa seguridad que él mismo y los demás le han proporcionado. Demasiadas miradas sobre él, algo que a todos acaba pesando, también a él, expectativas que cumplir y sólo es un niño aprendiendo a vivir, despertando.

Transmite esa pasión por cambiar las cosas a Wendla (Elisabet Molet) con quien mantiene una relación especial. Wendla está llena de curiosidad y dudas por resolver acerca de un tema tabú: sexualidad. Su curiosidad sobre como se engendran los niños provoca disputas con su madre, quién no es capaz de explicárselo, ésto provocará una situación que desencadenará graves consecuencias; de nuevo la falta de información, ese miedo a aceptar y tratar una parte del ser humano, algo que Melchior ve sin tapujos, adelantado a su tiempo.

Moritz, el tercer protagonista de esta historia, personaje sobrepasado por sus sueños eróticos, necesita una explicación ante esto que le pasa y no deja de buscarla durante toda la obra, interpretación histriónica que le da un toque de humor, histrionismo controlado, en su punto justo. Pero no todo es tan sencillo y divertido para Moritz, sus compañeros ven sólo esa expresividad pero no la realidad de su sufrimiento, Moritz es más que el divertido de la pandilla. Fantástica interpretación de Eloi Gómez.

El resto del elenco es: Jana Gómez, Clara Solé, Mireia Vilamayor, Laura Daza, Clara Gispert, Dídac Flores, Marc Udina, Álex Sanz, Roc Bernadí, Bittor Fernández, Mingo Ràfols y Roser Batalla. Juventud y veteranía en una mezcla perfecta.

Las canciones te presentan a los personajes, no sólo cuentan la historia, muestran sus miedos, inquietudes, sueños, rabia, impotencia, dudas... acompañadas de unas magníficas coreografías, el cuerpo habla, cada movimiento da nombre a un sentimiento y los actores le dan vida; y no solo los actores que están en escena sino el resto de elenco que esperan su entrada sentados en unos cubos, también forman parte de la coreografía dando más sentido si cabe a cada momento, ayudan a explicar lo que esta ocurriendo a solo unos metros del espectador.

Cubos, esa es toda la escenografía de la obra, pero no eché de menos nada más, esos cubos tienen vida, son elemento metafóricos que explican parte de la historia.

Cada elemento que forma parte de una obra musical forman uno solo en El Despertar de la Primavera.

Hasta el 8 de enero en el Teatre Gaudí.

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