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domingo, 25 de enero de 2015

De compras

Domingo, 18:00 de la tarde.

Salgo de casa para ir de compras y ¡con intención de comprar!
Entro en una tienda, empiezo a dar vueltas, a mirar camisetas (¿para qué hay camisetas de manga corta cuando estamos a 5 grados?), sigo con los pantalones...son todos iguales...¡uy que mono!...¡uy, qué caro!... te pruebas un abrigo...otro...
Entras y sales de las tiendas, la gente empuja para pasar y te irritas (nota mental: antes no te molestaba)

Te vas y empiezas a pensar en todas las excusas posibles por las que no has comprado nada, algo ha cambiado, tú has cambiado...inevitablemente...es normal, todos cambiamos, evolucionamos, crecemos...y ehcas la vista atrás buscando ese momento en el que esos caprichos dejaron de ser una prioridad, preferías otros "caprichos"  y resula que hace tiempo, más del que uno piensa.

Y de repente le pones nombre a ese capricho, aparece una palabra: TEATRO

Cuando eso de ir de vez en cuando, cada 7 - 8 meses, ¡y si van a tu ciudad! desplazarte.....nooooooo... resulta que ya no es suficiente, que empiezas a descubrir que es eso del cover, de los cambios del vestuario en segundos, que detrás de los actores hay mucho más, de las horas de ensayo...empiezas a saber quien forma parte del elenco antes de sentarte en la butaca, y buscas dónde ha trabajado antes o si ha habido más producciones, dónde van después, hasta que fecha están en tu ciudad...

Y cuando te das cuenta te cuesta más decidir si ir a Madrid o Barcelona que si te compras o no un abrigo monísimo.

Y luego está eso de la luz (para más información preguntar a Antonia)

Y de un "de vez en cuando" para a un "¿nos vamos" de un día para otro, a perder trenes por una posibilidad de cero coma..., a ir a merender, a cruzarte media España, a viajes eternos, a investigaciones propias del mejor CSI, a nervios...y pensando todo eso aparece una sonrisa en mi cara.

Una sonrisa por todos esos momentos que el teatro me ha regalado, bastante más bueno que comprarme un abrigo.

El teatro es emoción, es risa, es lágrimas, es orgullo, es locura, es realidad, es imaginacion, es flipamiento (eh, Nieves :P ), y sí lo necesito, forma parte de mi vida, puedo imaginar un mes sin comprarme nada pero no puedo imaginar un mes sin ir al teatro.

 Y entonces viene "otra vez", "pero eso ya lo has visto no?," "¿y te vas hasta allí?" ,"como si te dieran de comer" y un largo repertorio de frases que vienen a decir "no lo entiendo" y comprendo que no lo entiendan pero tampoco sé explicarlo.
El teatro se vive y se siente...no se explica, no puedes explicar que ha pasado en una obra, puedes explicar lo que has sentido.

Sí, "otra vez" y ¡las que quedan!
Sí, ya lo he visto y pienso volver
Sí, me voy hasta allí o allá...esa luz
Sí, me alimentan el alma desde el escenario con cada texto, con cada canción, con cada interpretación.
"No lo entiendo" no pretendo que lo entiendas, simplemente "ve al teatro" y quizá tengas la suerte de sentir algo que te haga volver y entonces poco a poco lo entenderás.

Eso de volver es complicado, como explicas a los compañeros de trabajo cuando preguntan "¿qué tal el finde?", "¿te quedas aquí?", "¿Qué vas a hacer este finde?" y resulta que la respuesta real es la misma que ¡¡dos semanas antes!! y se quedan mirando como si estuvieras loca (pero no miran así a quien se gasta 100euros en un bolso porque lleva una etiqueta de marca); pues acabo de decidir que no voy a inventar más excusas, que estoy orgullosa de esta locura que se llama teatro.

Tarde de reflexión...habrá que ir más de compras.

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